Se trata de un conjunto formado por un gran kudú (Tragelaphus strepsiceros), antílope de cuernos retorcidos del sur de África cuyo nombre evoca al “tragelafo”, el fabuloso ciervo-cabrío del imaginario aristotélico, y un alce (Alces alces), el mayor y más pesado de los ciervos, procedente de Norteamérica. Ambos pertenecen a la colección Antonio Biosca del Museo de Ciencias. Desde los gabinetes de curiosidades y maravillas del siglo XVI, la ciencia y el arte han ido de la mano en la tarea de comprender y explicar los fenómenos naturales.
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