"Hemos de ser profesores sabios que quieren e inspiran a sus alumnos"
Discurso íntegro de Alfonso Sánchez-Tabernero, rector de la Universidad de Navarra, pronunciado durante el acto de apertura de curso 2013-2014
En 1949, Harry Truman -que cuatro años antes había sido elegido Presidente de Estados Unidos- afirmó en el discurso inaugural de su segundo mandato: "la mitad de la población mundial vive en condiciones miserables. Pero por primera vez en la historia de la humanidad disponemos de los conocimientos y las técnicas necesarias para liberar a la gente de esos sufrimientos".
Lamentablemente, los progresos en la lucha contra la pobreza han sido más lentos de lo que el Presidente Truman había pronosticado. Sin embargo, los avances en este terreno durante las últimas décadas son innegables. Entre 1990 y 2010 el número de personas que vivían en condiciones de extrema pobreza en los países no desarrollados descendió del 43% al 21% de la población de esos países. Con todo, de los 7.000 millones de habitantes del planeta todavía 1.100 millones subsisten con menos de un euro al día. Según los principales expertos, parece realista fijarse como meta que en 2030 prácticamente ningún ser humano viva en condiciones de extrema pobreza.
Investigación para el progreso social
Al preparar estas palabras, pensaba que -afortunadamente- el trabajo universitario hace posible participar en proyectos de esa envergadura; permite contribuir -junto con otras muchas personas e instituciones- a que la vida en una situación económica miserable pase a formar parte de la Historia. En el caso de la Universidad de Navarra, a esa tarea se dedica el grupo de investigación sobre Pobreza y Desarrollo -que forma parte del Instituto Cultura y Sociedad- y que trata de identificar los obstáculos que dificultan el crecimiento económico en los países más pobres del mundo.
Otros grupos de investigación de la Universidad de Navarra abordan también cuestiones de indudable impacto social: los trabajos sobre cuidados paliativos buscan preservar la calidad y la dignidad de la vida humana en los momentos finales de cada paciente; las investigaciones sobre Derecho global se proponen sentar las bases del diálogo y la convivencia en sociedades cada vez más interculturales; los estudios del Instituto de Salud Tropical referidos al dengue, el paludismo o la leishmaniasis, tratan de descubrir terapias que curen enfermedades que afectan a cientos de millones de personas en África y América Latina. Estos proyectos de investigación constituyen algunos ejemplos del trabajo universitario al servicio de las personas, sobre todo de los más necesitados, que han surgido en los últimos años en la Universidad de Navarra.
Buenos maestros que guían y motivan
Junto a la investigación, el otro gran cometido de la universidad consiste en proporcionar la mejor formación posible a los alumnos. También aquí aparecen desafíos apasionantes: es preciso idear con mente innovadora las condiciones adecuadas para que los estudiantes se planteen metas altas, de modo que obtengan el máximo partido de sus talentos y capacidades. En esta tarea es clave la figura de los buenos maestros, que guían y motivan; ambos aspectos educativos resultan esenciales: es preciso mostrar el camino que conviene recorrer -hay que guiar- y es necesario motivar, o mostrar a los estudiantes que el esfuerzo que se les pide vale la pena, porque la recompensa consiste en poder ayudar a otras muchas personas, empleando los conocimientos adquiridos como palanca de ese espíritu de servicio.
Como bien saben mis colegas presentes en esta Aula Magna, una de las costumbres más populares en cualquier universidad –y la de Navarra no constituye una excepción- consiste en discutir sobre los cambios en los planes de estudios y métodos docentes y analizar las frecuentes reformas legales que afectan a la universidad. Confieso que cada vez estoy más convencido de que una buena universidad se caracteriza sobre todo por disponer de un elevado número de profesores que actúan como verdaderos maestros: profesores sabios que quieren a sus alumnos y que, por tanto, les ayudan a plantearse objetivos magnánimos y solidarios.
Hemos concluido ya la implantación de todos los grados de acuerdo con el Espacio Europeo de Educación Superior; es, por tanto, un momento apropiado para valorar los logros alcanzados y para introducir mejoras, siempre pensando en la formación de los alumnos. Entre otras novedades, este curso se imparten por primera vez el doble grado de Filosofía y Derecho, el Governance and Leadership Program como itinerario internacional del grado en Económicas, nuevos programas internacionales de Arquitectura, Medicina y Enfermería, y el itinerario en gestión cultural del grado en Humanidades.
Alumnos creativos, innovadores y cultos
En la Universidad de Navarra deseamos que los estudiantes de todos los grados y posgrados adquieran una sólida formación humanística, de modo que lleguen a ser hombres y mujeres cultos, con criterio, preparados para comprender el mundo complejo en el que viven. La buena formación tiende a hacer a las personas más creativas, más innovadoras, más solidarias, más capaces de entenderse con los demás; por esas razones, la buena formación es también muy útil para encontrar un buen empleo.
Como bien sabemos, hoy la principal preocupación de los ciudadanos es el deterioro del mercado laboral. Las cifras –conocidas por todos- son suficientemente elocuentes. Además, la mayoría de nosotros vive dramas cercanos de personas que llevan meses e incluso años en paro. La Universidad de Navarra siente la responsabilidad de aportar lo que esté en su mano para aliviar este problema. Concretamente, pienso que tenemos que esforzarnos en dos direcciones: en primer lugar, seguir trabajando para potenciar la empleabilidad de nuestros graduados; en segundo término, incrementar el número de empleos que surgen en el entorno de la Universidad promoviendo nuevos spin-off y favoreciendo iniciativas impulsadas por emprendedores formados en la Universidad de Navarra.
Objetivos del curso pasado
Quisiera ahora detenerme en el cumplimiento de los objetivos que planteé en el acto de apertura del curso pasado. En septiembre de 2012 proponía tres líneas de avance para los próximos años: 1) impulsar la investigación con la puesta en marcha y el fortalecimiento de nuevos centros que se inspiren en los modelos del CIMA y el CEIT; 2) potenciar la dimensión internacional de la Universidad; y 3) consolidar nuestra oferta de posgrado. También os decía que para alcanzar esas metas debíamos ser capaces de mejorar nuestra capacidad de conseguir fondos suficientes que nos permitieran financiar esos proyectos.
En el primer objetivo –los nuevos centros de investigación- hemos podido progresar pese a que nos afecta –como a todos- la incertidumbre económica de nuestro entorno. El CIMA está reorganizando su actividad investigadora bajo la nueva dirección del Dr. Jesús Hernández con un enfoque traslacional que permita que la investigación llegue lo antes posible a los pacientes. Me permitiréis que haga un pequeño inciso para agradecer a Francisco Errasti su magnífico trabajo de estos años al frente del CIMA, reconocido el curso pasado con la Medalla de Oro de la Universidad.
Se han producido otras novedades relevantes en el ámbito de la investigación: ha iniciado sus actividades –aunque todavía en pequeña escala- el centro de investigación en Nutrición y pronto lo hará el de Bioingeniería. Por otra parte, el Dr. Jesús San Miguel ha sido nombrado Director de Medicina Clínica y Traslacional de la Universidad; el ICS ha reforzado su plantilla incorporando jóvenes investigadores procedentes de entidades con prestigio internacional (entre ellas, universidades como Yale, Harvard o Cambridge); son doctores que han visto en ese nuevo centro de la Universidad una oportunidad original para desarrollar una investigación interdisciplinar. Pienso que el hecho en sí es un signo esperanzador.
Caminamos también –ese es nuestro segundo gran objetivo- hacia una Universidad más internacional, que atraiga talento, profesores, investigadores y estudiantes, de muchos países. Esta tendencia se refleja en el origen geográfico de los alumnos y profesores, en el enfoque y en los idiomas en los que se imparten los grados y posgrados, en los convenios de intercambio de estudiantes y en los países en los que comienzan a trabajar nuestros graduados. Contamos ya con un 15% de alumnos extranjeros y todos los centros han elaborado sus planes de internacionalización.
Posgrado de calidad
Nuestra oferta de posgrado –tercer objetivo prioritario- es cada vez mejor valorada. El curso pasado estudiaron en la Universidad 1581 alumnos de máster y 963 alumnos de doctorado. El número de alumnos que cursaron alguno de los 38 másteres impartidos por los centros de Pamplona creció un 32%. En San Sebastián comienzan este curso los másteres de Ingeniería Industrial, Ingeniería de Telecomunicaciones y Producción en Empresas de Automoción.
Además, hemos firmado algunos convenios con organismos e instituciones de varios países –sobre todo de América Latina- que proporcionan becas y ayudas para que estudiantes con escasos recursos puedan realizar alguno de nuestros programas de posgrado. En este ámbito nuestro buque insignia continúa siendo el IESE, que imparte algunos de los másteres en dirección de empresas mejor ubicados en los rankings internacionales.
Último año sin Museo
Durante este curso que comienza esperamos ver también el final de las obras del Museo de la Universidad de Navarra. El arquitecto –Rafael Moneo- está realizando un trabajo excelente, y –al menos hasta ahora- ha cumplido los plazos y ha evitado desviaciones en el presupuesto. Hace pocas semanas visitaba las obras con un antiguo alumno, que dirige un diario en Madrid y me comentó: no me extraña que estéis tan entusiasmados con el Museo, porque va a mejorar la vida de la Universidad y de la ciudad. Pamplona y Navarra –decía este periodista- van a aumentar su atractivo turístico y van a fortalecer su apuesta por la vanguardia cultural.
Menos del 25% de lo que vale un futbolista galés
Es cierto que estamos ilusionados con el Museo: pretendemos que sea el eje de la vida cultural del campus, que se convierta en un lugar de investigación y experimentación artística, que sirva como puerta de entrada a la Universidad para los ciudadanos de Navarra y deseamos, además, que atraiga a visitantes de otras muchas regiones y países. Pero vamos a seguir necesitando mucha ayuda de las instituciones –públicas y privadas- para que la financiación nos permita ofrecer una programación que suponga una oferta de altura, verdaderamente diferencial. A fin de cuentas la cantidad que necesitamos supone menos del 25% de lo que cuesta fichar a un futbolista galés.
También este curso esperamos conocer la fecha de la beatificación de don Álvaro del Portillo, que sucedió a san Josemaría Escrivá como Gran Canciller de la Universidad de Navarra. El pasado mes de julio tuvo lugar el último paso previo, cuando el Papa Francisco firmó el decreto que reconoce un milagro atribuido a la intercesión de don Álvaro. Al hablar del Papa me parece oportuno recordar al Papa Emérito Benedicto XVI. Muchos de nosotros conservamos en la memoria su inolvidable visita de 1998 –en ese momento como Cardenal Ratzinger-, cuando acudió para recibir el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Navarra.
Con coraje y buen humor
Pienso que el hecho de que el fundador de la Universidad y su primer sucesor hayan sido dos hombres santos supone para nosotros una gran responsabilidad. Ambos nos recuerdan con sus vidas que hemos de trabajar con magnanimidad y esperanza, con afán de entender y servir a los demás, superando las dificultades con coraje y buen humor. Además, podemos acudir a la intercesión de san Josemaría y de don Álvaro para que nos ayuden a sacar adelante los proyectos que queremos impulsar.
Otra novedad reseñable de este curso es que los alumnos de primero del grado de Management Assistant, impartido por ISSA, tendrán sus clases en Pamplona. Les doy la bienvenida en nombre de todos. El campus de San Sebastián quedará configurado, por tanto, como un campus tecnológico, con los nueve grados de ingeniería que imparte TECNUN y con el CEIT, el centro de investigación en tecnología aplicada a la empresa. El traslado progresivo de ISSA a Pamplona coincide con la celebración de su primer medio siglo de vida. En estos 50 años ISSA se ha consolidado como un centro académico muy valorado en la sociedad, como pone de manifiesto el elevado número de ofertas de empleo que reciben sus graduados. Sin duda, la nueva ubicación en el Edificio Amigos mejorará los servicios disponibles para los alumnos, fortalecerá la investigación y potenciará el carácter interdisciplinar del Instituto.
La revolución digital
El futuro está -para todos- lleno de incógnitas y desafíos. Por ejemplo, en el mundo universitario nos venimos planteando las consecuencias de la revolución de internet y las redes sociales en nuestra tarea cotidiana. Otras actividades han experimentado sus propias revoluciones, que han penalizado a quienes no se habían preparado adecuadamente para afrontar cambios tan rápidos y radicales. Por ejemplo, los diarios y revistas se plantean ahora si seguirán existiendo dentro de 25 años en soporte de papel. Yo me atrevo a predecir que dentro de cinco lustros habrá muchas formas de distribuir información y una de ellas –aunque más minoritaria que ahora- será el papel.
Pero cabe plantearse cuál será el efecto de esa revolución imparable en las universidades: ¿Sustituirán las aulas virtuales a los campus reales? ¿Acudirán los alumnos mayoritariamente a clases distribuidas a través de diversas plataformas en la red? ¿El intercambio de conocimientos entre profesores y estudiantes dará paso a los foros y chats en internet? En nuestro caso estamos experimentando ya en diversos frentes: este curso algunos de nuestros másteres se ofrecerán completa o parcialmente on line; hemos iniciado también la grabación de algunas clases que ofreceremos en la red, siguiendo el modelo de los famosos MOOC´s que han alcanzado gran notoriedad, sobre todo en Estados Unidos; y estamos atentos a nuevas posibilidades de utilizar la red para incrementar el impacto educativo y cultural de nuestros profesores e investigadores.
Si se me permite hacer otra predicción intuyo que dentro de 25 años la docencia on line habrá aumentado su influencia con una variada gama de ofertas de contenidos y métodos docentes más interactivos, pero –a la vez- me parece que nosotros continuaremos cortando el césped del campus.
Acabo ya con el agradecimiento más profundo para todas las personas e instituciones de Navarra –muchas de ellas aquí presentes- que nos apoyan de modo generoso y desinteresado. También agradezco la ayuda que recibimos desde otros lugares más lejanos, y muy particularmente de la Asociación de Amigos. Agradezco también de un modo particular al Prof. Ángel Luis González su lección inaugural, excelente punto de partida del curso que hoy comenzamos. Doy las gracias, finalmente, a todos los empleados y alumnos de la Universidad de Navarra que con su trabajo, compromiso y lealtad nos permiten alcanzar cada día metas más altas, en servicio de la sociedad.
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