Los trece finalistas del concurso La Voz de tu Facultad entraron en un escenario bañado de luces. Alumnos y empleados de la Universidad de Navarra, representantes de cada una de las facultades, se colocaron en el centro del escenario del Museo Universidad de Navarra, que celebraba la Noche en blanco. Y Jaime García del Barrio, director del Museo, anunció: “La ganadora del primer premio es Hannah Labotka”.

Se agitó la fila de finalistas y se escucharon gritos y aplausos. Hannah, estudiante de Relaciones Internacionales y representante de la Facultad de Derecho, se adelantó. Sus primeras palabras fueron de agradecimiento a sus compañeros, después de “un mes muy intenso pero muy divertido”, y a sus padres. Aquel mismo día coincidía con el cumpleaños de su madre.

¿Qué ha significado para ti ganar el concurso de La Voz de tu Facultad, donde competían tan buenas voces?

Es un gran honor haber cantado con todas estas voces tan maravillosas. La verdad es que somos un grupo donde todos nos llevamos muy bien, y a través de esta experiencia he aprendido a escuchar y trabajar en equipo durante muchas horas. Para mí, ha valido más la experiencia junto a mis compañeros, en realidad amigos, que el resultado final de la competición.

¿Cómo viviste el concierto en la Noche en blanco del Museo Universidad de Navarra?

Al principio estaba nerviosa, pero gracias a los ensayos, la preparación y la dedicación de todos, conseguí quitarme los nervios y sentirme por primera vez muy cómoda en un escenario donde nos escuchaba tanta gente.

¿Cómo describirías la sensación de subirte a un escenario y cantar para tantas personas?

Antes del concurso, temía enfrentarme a un público tan numeroso. Pero con la ayuda de Javier y todo el equipo de Jana Producciones, he aprendido a cantar y actuar sin miedo. Y no solamente, sino también a disfrutar el show. Esto, disfrutar en el escenario, es muy importante, porque el público percibe cuándo estás nerviosa o incómoda. Cuando siento el apoyo del público, canto mejor, además de que me anima a seguir dándolo todo en escenario.

¿Qué protagonismo tiene la música en tu día a día?

Para mí, la música tiene muchísima importancia. Desde que era pequeña, he podido disfrutarla con mi familia. A mi padre le encanta la música clásica, el bluegrass y el rock clásico. Y mi madre tiene una voz preciosa. Recuerdo que de camino al colegio cantábamos canciones de Whitney Houston o Celine Dion. Gracias a los gustos de mis padres, he tenido la oportunidad de conocer y disfrutar todo tipo de música y de voces. Así que ahora, en mi día a día, está presente en mi camino de vuelta a casa, en mi habitación, y a veces, hasta cuando estudio. No salgo de mi colegio mayor sin los auriculares.

¿Por qué empezaste a cantar?

No me acuerdo de cuándo ni de por qué empecé a cantar. Siempre me ha gustado mucho. Además, como nunca he dado clases de canto o de conservatorio, puedo decir que he aprendido a cantar escuchando la música y tratando de cantar como los grandes cantantes. Tengo que darle la gracias a mi madre por inspirarme a hacerlo cada vez mejor. Cantar me hace feliz, me da paz y me hace sentir que tengo el control de mi voz.

¿Qué género de música prefieres?

Me gusta escuchar todos los géneros: pop, rock clásico... Aunque la mejor música es la que te inspira grandes sentimientos, que te anima, o que te hace llorar. Aquella que cuando no hay palabras, está; y ese es el mejor regalo.