Lucía González y Sofía López, alumnas del MCS, comisarian la renovación del Espacio Ortiz Echagüe

Desde el 18 de enero puede visitarse el Espacio Ortiz Echagüe renovado, trabajo que han comisarido Lucía González y Sofía López, graduadas de la tercera promoción del Máster en Estudios de Comisariado del Museo que actualmente están realizando una beca en el área curatorial. La nueva propuesta expositiva muestra 21 piezas del artista, pertenecientes a la Colección del Museo, que no se habían mostrado antes. Entre ellas, Remeros vascos, Mallorquina, Mora del Rif y Velero.

“Cada año el público tiene la oportunidad de conocer más obras de la vastísima colección de Ortiz Echagüe. Creo que, si bien el espacio es pequeño, la renovación anual de sus obras permite profundizar en las distintas series que realizó el artista a lo largo de su vida”, explica López. En este sentido, González apunta que el artista “trabajó durante años en distintas series, como Norte de África, Tipos y Trajes de España, Castillos y Alcázares y España Mística. Su meticulosa labor debe estar bien representada para que los visitantes puedan llevarse consigo una visión bastante completa. Este es uno de los objetivos principales de este espacio y es importante tenerlo en consideración a la hora de seleccionar las imágenes. Por otra parte, entran en juego cuestiones formales de las imágenes que se deben tener en cuenta para que haya un relato visual armónico y atractivo”.

La comisaria explica que la labor de renovación del espacio ha resultado “una experiencia muy interesante, ya que implica investigar, no solo la vida y obra de un autor, sino también llevar a cabo una exhaustiva indagación visual y formal en torno a un cuerpo de imágenes. A su vez, hemos podido realizar todos los pasos necesarios para realizar una exhibición de obras: desde la selección de imágenes y su respectiva justificación, hasta el montaje final con todos los detalles que implica”. 

Por su parte, su compañera valora que “el desafío estaba en poder ofrecer una mirada amplia del artista a la vez que las imágenes estuvieran en armonía entre sí, es decir, que hubiera un diálogo entre ellas, ya sea a nivel formal o temático. Luego también nos encargamos del enmarcado de las piezas y estuvimos presentes en el montaje, verificando que todo lo que habíamos proyectado se plasmara en la realidad. Fue una experiencia muy gratificante y enriquecedora que nos permitió conocer y manejar al 100%, desde la teoría y la práctica, la proyección y el montaje de una exposición dentro de un espacio institucional, permitiéndonos ciertas libertades amoldándonos a ciertas reglas o modos de trabajo”.

La formación recibida durante el Máster en Estudios de Comisariado les ha resultado de gran ayuda a la hora de afrontar este cometido. López explica que “gran parte del conocimiento que recibimos en la asignatura de Museo LAB nos fue más que útil a la hora de trabajar y tomar decisiones. En la asignatura conocimos el funcionamiento del departamento de Colección y Exposiciones, donde ahora desempeñamos nuestras tareas”.

Asimismo, González destaca que su experiencia en el área curatorial “resulta muy enriquecedor,  ya que tenemos la oportunidad de involucrarnos en todos los aspectos relevantes dentro del departamento. Realizamos tareas como digitalización de fotografías y catalogación en base de datos, coordinación de montaje y desmontaje de exhibiciones, recepción y préstamo de obras de la colección… Esta diversidad promueve un perfil multifacético y nos ayuda a desarrollar habilidades para la toma de decisiones en situaciones inesperadas, así como también a la adaptación y resolución eficaz de diferentes cuestiones que puedan surgir en tiempo real”.